La Cámara alta convirtió en ley un proyecto que declara “de interés de nacional la investigación y producción pública de medicamentos, materias primas para la producción de medicamentos, vacunas y productos médicos”
La Cámara alta convirtió en ley un proyecto que declara “de interés de nacional la investigación y producción pública de medicamentos, materias primas para la producción de medicamentos, vacunas y productos médicos, entendiendo a los mismos como bienes sociales”.
La iniciativa expresa que el objeto de la ley es “promover la accesibilidad de medicamentos, vacunas y productos médicos y propiciar el desarrollo científico y tecnológico a través de laboratorios de producción pública”.
El texto además detalla que la autoridad de aplicación será “el Ministerio de Salud de la Nación”, y que serán considerados laboratorios de producción pública los “del Estado nacional, provincial, municipal y de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, de las Fuerzas Armadas y de las instituciones universitarias de gestión estatal”, indicó Parlamentario.com
El senador de la Unión Cívica Radical y presidente de la Comisión de Salud, José Cano, sostuvo que la iniciativa “es un gran impulso en cuanto a optimizar recursos humanos y bajar costos”.
Otro artículo del proyecto señala que “la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnologías -ANMAT-, ente descentralizado en el ámbito del Ministerio de Salud, en su carácter de autoridad de controlador y habilitador, debe exigir a los laboratorios de producción pública el cumplimiento de las buenas prácticas de fabricación y control”.
Fuente: El Argentino
http://www.elargentino.com/nota-146292-El-Senado-aprobo-la-produccion-publica-de-medicamentos.html
junio 30th, 2011 at 10:34 am
Ley de Medicamentos
Poner el acento en la producción de medicamentos, es un paso de enorme importancia en la filosofía del quehacer humano. Al margen de la cuestión de cortar ligaduras que -aun en el mejor de los casos- resultan odiosas.
Toda actividad productiva debería ser evaluada desde este ángulo. Antes del arranque, analizar para qué y a quién le sirve lo que pretendemos producir.
Basta con darse una vuelta por cualquier shopping para advertir la cantidad de artículos banales y triviales que se ofrecen a nuestra vista. Aunque pasemos de largo, reflexionemos acerca de algunas cuestiones.
El dispendio de capitales, de tecnología, de energía, de materia prima (renovable o no) y de tiempo humano -vida humana- invertidos para producir basura y generar polución y deshechos eventualmente dañinos.
Aceptemos al menos esta moraleja: lo que no es útil, ni necesario ni gratificante, es basura.
Es el sistema el que necesita producir y consumir, para ganar dinero. Producir mucho más en calidad y en cantidad de lo que el ser humano necesita. Hasta dar con los productos ideales del punto de vista de mercado: la industria bélica. Una actividad maravillosa. Productos de una demanda y una rotación incomparables. Que no admiten reparación ni se reciclan ni se reutilizan. Ganancia pura. Y a largo plazo, para muchos años, para siempre. Siempre que los operadores comerciales tengan la habilidad de detectar y fogonear conflictos. Una guerra acá, otra por allá. Y detrás viene la industria de la reconstrucción. Negocio redondo. Hasta colaboramos a reducir la densidad demográfica del planeta.
Perdón por irme de boca, pero cada cual sangra por donde le duele.
Bien, muy bien por esta Ley de Medicamentos que establece las coordenadas de un modelo de país.